martes, 22 de junio de 2010

veintitrésycuatro.

¿Quién puede venir a juzgarnos?
¿A medirnos?
¿A reclamarnos?
¡¿Quién puede decirnos que estamos mal?!
¡¿Quién puede advertirnos?!

- Oh corazón!
- Ay pequeña!
- Tu mi amor.
- Yo tu paz.

¿Ves que nada acaba mal?
Simplemente es.
Es un paso para armonizarnos
con nuestro reflejo.
(Así dice nuestro tácito diálogo).

Yo me vi en tus ojos.
Tu en los míos.
Mi amor tu sabes la verdad.
Aunque no sepas como decirla.
Tu sonrisa me la cantó
En una noche fría.
En una cama solitaria.


Solo si me advirtieran de todo
Podría decir sinceramente que soy nadie.
Pero me he arriesgado
aqui me tienes a tu lado.
Sólo el tiempo sabe cuánto te esperé.

1 comentario:

  1. Solo la voluntad rompe la lejanía, el tiempo retratando la espera y los desenlaces surtidores de magía.

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