martes, 30 de marzo de 2010

Ámbar

Para mi corazón es un impulso
es una luz, una calidez, un tierno abrazo cuando
tu llegas a mis calles como sol o luna
me das vida y me enterneces con tu oscuros luceros.

Y yo sigo aquí, donde mismo te soñé
el sol es distinto a esa tarde de septiembre
yo escuchaba de mi ventana tus cuerdas
que cada rayo de sol hacía sonar en mi cabeza.

En cambio ahora, la luna llena es mi confesionario
yo a ella le entrego todas las avecillas que salen de mi alma volando
y ella las recibe como dulce madre en su oscura paz,
prometiéndome que en el alba, a tu ventana irán a cantar.

Y yo sigo aquí presa de mis deberes y mi cuerpo
pero este dulce ámbar que sale de mis ojos
está contigo, te está abrazando, te está cuidando.
Mis ojos no lloran pena, lloran amor verdadero
que vive feliz su disfrazada entrega.

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