martes, 18 de mayo de 2010

Disculpa por eso, amor mío.

Ver luces en tus luceros
fue como caminar en un parque
de gratas sombras
en una mañana de verano.

Escuchar tus melodías
fue como una triste canción de cuna.

Intercambiar segundos
fue algo inesperado
era comer helado
cuando nuestros manos
se amaban.

Pero ahora una montaña
nos separaba
Un río del pasado
nos ahogaba.
La escarcha por un futuro
diferente a lo vivido
nos cegaba.

Perdóname
si te he herido
pero no puedo ir encontra
no puedo mentirte
ni mentirme.

Te juro que quisiera
pero tu me diste una oportunidad
y jamás pensé
que volverías
por eso la tomé
y lo maté para siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario