¿ Y si soy hija de la libertad, respiraré sin límites?
No creo, ya lo veo...por ahí dicen que el que mucho abarca poco aprieta...
¿Y para que los límites? Para pisar firme en lealtad a mi misma.
No he de tragarme todo lo que el viento traiga, puesto que no todo lo que me trae es para mi.
¿Y como distingo aquello? Bueno, si hay un fin superior ante eso, fluirá sin remedio y mariposas revolotearan entretejiendo aquellos deseos. Cuando no es, lo sientes, lo notas, el cuerpo lo percibe y la luna te lo muestra...las cosas se retuercen, los tiempos se vuelven difíciles, las aguas se estacan y al no atreverse a soltar aquella gran represa, se torna oscura y pareciera sin fondo...aunque siempre lo tiene, a veces hay que tocarlo para dar cuenta.
¿Y es malo que algo no sea? No hay cosas malas en esto, ya que todo es aprendizaje. La única falta que no se ha considerado es que algo debe cambiar, hay que mudar, hay que movilizar las energías y los pensamientos creadores de realidad, para que el agua que vive en ti, tu río de emociones vuelva a danzar nuevamente.
Soy libre, soy fiel a mi ser. Soy libre, no ato ni me atan. Soy libre, no exijo ni me exijen. Soy libre, no prometo ni a mi me prometen. Soy libre, porque he dejado las ilusiones y las trampas. Soy libre, porque no me culpan ni culpo. Soy libre, no busco complacencia ni seré complaciente. Soy libre, porque he puesto los límites que me permite caminar en libertad.
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