viernes, 21 de octubre de 2011

Música

Amo la vida
pero no fue ella
la que de un principio
hizo que yo me enamorara.
Como siempre pasa
en calles y casas
La ausencia de ella misma
me hizo caminar a través
de las notas de una canción
y ella, parte de la gran existencia
empezó a jugar a la conquista.

Así entre acorde y compás
violonchelos y guitarras
baterías y panderos
flautas y zampoñas
trompetas y melódicas
pianos y violines.

Poco a poco
la vida me sonría y me bailaba
aunque siempre ella
muy hermosa y amable
sabia y madre que guía
había actuado conforme
a mis decisiones
nunca hubo ausencia
jamás pensó en abandonarme.
Era yo el ciego, pero aún no sordo
que entre orgullo, egos y todos esos adornos
engreído, víctima, perseguido y violento.
Culpe a otros, me culpe a mismo.
No valore la vida ni el sol
ni las nubes y el cielo
que sólo querían que los miráse
para que dejará las cadenas del ego.

Música para amar, música que nos ama.
Música para desvanecer el miedo
Para tener valor de correr riesgos.
Música para perdonar, perdonarnos
y dejar ir el orgullo.
Música para conocer al corazón,
para no dañarse.
Música para dar las gracias
y ser feliz por escucharla.
Música para despojarse del ego
y caminar hacia la sabiduría,
caminar hacia Dios.
Música para sanarte,
para sanarnos.

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